Años treinta
Nace una leyenda
1932
En 1932, Georges G. Blaisdell fabrica en su taller el primer Zippo, un modelo uniforme sin ningún motivo.
1933
En 1933, mientras la crisis económica hace aún estragos en Estados Unidos, aparece el modelo Zippo de líneas diagonales. La ambición de George G. Blaisdell nace durante este periodo, al observar cómo uno de sus amigos intentaba encender un cigarrillo en la terraza donde se encontraban pero no lograba abrir el mechero.
George G. Blaisdell le espetó: «Eres muy elegante, ¿por qué no tienes un mechero con estilo?», a lo que su amigo respondió: «¡Pero funciona!».
George G. Blaisdell, hombre de acción y muy ingenioso, adquiere rápidamente los derechos americanos de una firma de encendedores austríacos y pone en marcha su proyecto: fabricar un mechero sólido a un precio asequible.
Pronto abandona los derechos sobre la firma austríaca, alquila un local y, junto con tres empleados, comienza a desarrollar un nuevo encendedor. Diseña un mechero lo suficientemente pequeño como para sostenerlo en la palma de la mano y utiliza una bisagra para unir la tapa a la parte inferior del mechero. De esta manera, el usuario puede abrir el encendedor con una sola mano. Coloca una chimenea alrededor de la mecha y elige para este nuevo producto el nombre de Zippo.
El primer modelo, fabricado de 1932 a 1933, no presenta líneas diagonales. Un nuevo modelo con líneas diagonales espaciadas aparece en 1933.
A finales de ese año, se reduce en dos centímetros la altura del mechero a prueba de viento. El modelo con líneas diagonales se convierte en el modelo estándar. Se fabrica a finales del 33.
1934
A partir de 1934, Blaisdell distribuye los Zippo utilizando un juego de azar disponible en los estancos, pastelerías y salas de juegos. Esta lotería se basa en un panel de 1.000 casillas; gana un mechero aquél que descubra uno de los números preseleccionados: 200, 400, 600, 800 ó 1.000. Cerca de 30.000 Zippos se distribuyen de esta manera entre 1934 y 1940, fecha en la que se prohíbe este tipo de prácticas.
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